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Hace mucho calor, los precios no paran de subir, las carreteras son un caos, lo mismo que los trenes, los aeropuertos están colapsados, la gente no quiere ni pensar en cómo estará todo (de caro) a la vuelta de las vacaciones. Los problemas con los inmigrantes se aceleran, la corrupción progresa con lozanía, los medios bombardean a la gente con guerras y propaganda, etc.

Entretanto, el presidente de Gobierno se ha recluido a todo lujo en la residencia estatal de La Mareta y no osa ni a asomar una esquina de su graciosa anatomía en la vía pública porque cada vez que lo hace se forma un alboroto, En estas condiciones, con este panorama, la Liga de fútbol no acaba de arrancar.

Ante el cabreo generalizado de la gente, el Gobierno se ha visto obligado a tomar una medida urgente: la televisión pública, en contra de los previsto, procederá hoy a televisar en abierto el partido de fútbol amistoso que el Real Madrid disputará en Austria.

De seguir así las cosas, y todo apunta a que no sólo seguirán sino que empeorarán, al Gobierno no le quedará más remedio que replantearse si no será conveniente volver a retransmitir gratis la Liga de fútbol.

A Franco le funcionó.