
Divertido el debate agosteño que tres articulistas (quizá se sume algún otro) disputan en The Objective. Empezó ayer con un ameno artículo de José Antonio Montano –del que soy lector asiduo– titulado «Bermudismo radical». Su columna arranca así: “Llevar pantalón largo en verano es de botarates. Hablo de los hombres y en regiones calurosas. Yo mismo incurrí durante años, por simple inercia, en esa aberración.” A partir de ahí el malagueño Montano, hilvana una defensa no sólo de la bermuda sino también de las camisas de manga corta.
Los «petronios» españoles son enemigos irreconciliables de estas dos livianas prendas. Ni veinticuatro horas han tardado dos de ellos en salir a la palestra para afearle a Montano sus preferencias vestimentarias estivales.
Antonio Agredano, en su artículo «La decadencia es vestir fresquito» nos informa: “La bermuda, la manga corta, la sandalia son propios de pueblos no romanizados.” En lugar de estas prendas propone “el lino en las prendas exteriores, el algodón en las íntimas y la lona en el calzado.” Un exquisito este hombre. Seguro que baja a la playa con traje de lino, como el protagonista de Muerte en Venecia.
Ignacio Vidal-Foch, por su parte, se luce en su artículo «El gran escándalo de las bermudas». Este señor sostiene que la manga corta “es una horterada, se debe llevar siempre manga larga, arremangada si se quiere.” Ya se ve que este hombre es un liberal, o un centrista si se quiere: larga si pero arremangada, la ley dentro de un orden.
En fin, con estas amenidades vamos pasando el agosto los lectores de periódicos. Bien mirado tampoco está mal. Se demuestra que en España la libertad de expresión es útil e instructiva.